Es una pérdida de tiempo
estar aquí empeñada
en domar estos ojos
tan insomnes como túneles.
Lo intento una y otra vez,
pero el sueño se enreda
en las aspas del ventilador
incapaz de amainar calor y desvarío.
En el vaso se ha caldeado el agua.
Vuelvo a mirar el reloj
y la carcajada de las cinco
reverbera en mi frente.
Cierro los ojos,
provoco a la pereza,
rezo al olvido,
limo alfileres en las sienes
decreto calma a las arterias…
¡Que alguien acabe con este simulacro de siesta!
Retorno a la lectura,
así aligeren las horas del domingo,
así pueda restar cansancios al verano,
así aparezcan las musas que me esquivan.
Un Niágara de palabras
navega en mi memoria
y el leve rocío de un verso
se me niega.
©Trini Reina
Julio 2011
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