lunes, 11 de julio de 2016

Dos solitarios consuelos - Joaquín Hidalgo Cejudo.


Mantener el fuego hermoso
de cada amanecer,
mientras tú vuelves.
Velar porque no se derrumben
nuestros pensamientos y se sumerjan
en la tibia oscuridad de la noche,
mientras yo te espero.
Dos solitarios consuelos
para recrearnos en la memoria
de los más ardientes deseos.
¿Caben mejores intenciones
para que suba nuestra sangre
en busca de ese amor, suspendido
en el aire, que puede transfigurar
nuestras vidas?

Joaquín Hidalgo, de su libro de poemas, Jardín de los Sueños.

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